SENDEROS CEREBRALES

Neurosis y Autoflagelo Placentero conducen épicamente ebrios, los corceles endulzados de la Angustia. Pronto impactan con Goce, y quieren retenerlo, ahorcándolo con la fuerza descomunal de la Duda, que hasta hacía unos micrones de segundos, había estado cuasi segura de cuál era su razón de ser.
Rápidamente, Neurosis y Autoflagelo huyen de las manos de Realidad, y bifurcan sus mieles, hasta que se tropiezan con los Miedos que, cumpliendo horas extras en la fábrica de Paranoia S.A. (con la triste idea de llegar a fin de Médula), atormentan alguna que otra mente.
Y todo sucede, mientras lo describa, sabiendo que restan pocos minutos para que despierte la noche sanadora, y desde lejos observe, como el cuerpo resiste(me).