lunes, 9 de febrero de 2009


RELATIVIDAD DE PRINCIPIOS
La estética del vaciamiento inyecta las venas del sistema multiunidireccionalista. Los cuerpos se corrompen mediante su propia indiferencia invectiva y el ego se sublima desconsiderablemente sobre los capullos del porvenir.
La ciencia avanza y el hombre, inversamente proporcional, retrocede, buscando el contacto fraternal mediante la violencia visceral, desgarrando su propio espejo.
Criticismo en estado crítico y racionalismo abstraído de razón, se suman a la adversidad de la nadificación estructurante, de lo que en algún momento fue considerado venidero.
El vacío totaliza los argumentos, decolorando seres, exacerbando olvidos y creando verdades de papel. Amarillo es el despilfarro de la opulencia aristocrática, burocrática, mediática, que balbucea los tropiezos divinos, de las agonías de los endemoniados.
Libre elección de condena, libre pensamiento (mantenido en silencio), libre libertad de elegir libros deliberados. Todo subyace en su planicie.
La farsa es el plano de la humanidad humanizada por la contemporaneidad, el teatro de las grandes desilusiones.
Todo es sin necesidad de ser, de saber ni estar, sólo parecer. La música ya no teje los sonidos, simplemente observa la negación de lo abyecto. Y lo real se proyecta, sobre las sombras que iluminan el miedo a escuchar sin oír, a ver sin mirar, a leer sin mirar, a sentir sin tocar, a saborear sin justificar, a no dejarse inventar.

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